INTRODUCCIÓN AL ARCO REAL
Y
EL RITO DE YORK
Por
el M.·.R.·.H.·. León Zeldis Mandel
Debo comenzar advirtiendo que la constitución de
los grados masónicos conocidos como el Arco Real es distinta en diferentes
países. Por lo tanto, conviene aclarar ciertos conceptos fundamentales, para
comprender en forma clara lo que es el Arco Real en el mundo y cómo se ha
desarrollado hasta llegar a su forma actual.
Todos los grados llamados “superiores”, es decir, los que se
pueden alcanzar sólo después de haber obtenido la calidad de Maestro Masón (y
todavía sin referirse a Ritos), fueron creados con posterioridad a la fundación
de la primera Gran Logia en Londres, en 1717. Todo el siglo XVIII y comienzos
del XIX se caracterizaron - en cuanto a Masonería se refiere - por una
verdadera explosión de actividad y creación, con el establecimiento de cientos
si no miles de Logias en toda Europa, América y otros lugares, cada una de las
cuales trabajaba en forma independiente y ensayaba libremente tal o cual
ceremonia traída generalmente por algún visitante de otro país o de otra
ciudad. Muchas de estas logias funcionaban en forma esporádica, se dividían,
fusionaban y dejaban de existir en forma totalmente autónoma.
No existían el control y la disciplina actuales,
y cuando una Gran Logia se constituía en algún lugar, debían pasar muchos años
antes que tuviera éxito en imponer cierto orden y obediencia sobre las Logias
que la componían. Hubo casos de logias que trabajaron durante decenas de años
sin afiliarse a ninguna Gran Logia, y hubo aquellas, como en el caso de la
Logia de York (en Inglaterra), que reivindicaron para sí las prerrogativas de
una Gran Logia. Muchas logias extendían carta constitutiva a otras logias,
asumiendo el título de Logia Madre.
Los "grados" que se introdujeron en
esa época (y hubo cientos de ellos) - consistían simplemente en una ceremonia
que conducía a un título específico. Algunas de estas ceremonias estaban
destinadas a explorar y ampliar aspectos de la leyenda Hirámica del tercer grado. Otras ceremonias
tenían referencia a distintas leyendas de origen operativo, que no fueron
incluidas en los tres grados simbólicos. Otro grupo de ceremonias estaban
relacionadas con leyendas de las Órdenes de Caballería y con los Templarios.
Finalmente, muchas ceremonias adicionales fueron creadas para aprovechar las
características de secreto y fraternidad de nuestra Orden con el objeto de
estudiar y propagar teorías alquímicas, cabalísticas, rosacruces y otras.
Muchas de esas ceremonias desaparecieron sin dejar rastro. Otras fueron
reunidas y sistematizadas, para crear los diversos Ritos Masónicos; siendo el
ejemplo más famoso el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Sin embargo hubo muchos
más, algunos de cuales siguen en existencia hasta el día de hoy, como el Rito
Adonhiramita (practicado actualmente sólo en Brasil), Rito Francés Rectificado,
el Rito Escandinavo, el Rito Bwin en Inglaterra, y otros.
El llamado Rito York es un nombre empírico
creado en los Estados Unidos de América para denominar los grados superiores
que siguieron siendo trabajados en las islas británicas, después de la primera
"explosión" mencionada recién y el decantamiento posterior así como
algunos grados adicionales de origen estadounidense. A diferencia del Escocés,
los grados yorkinos nunca fueron ordenados en una escala ni numerados, sino que
se agrupan en núcleos según su tema central. Un Hermano puede tomar algunos de
estos grados, sin necesidad de tomar otros. Lo que tienen de común es la
necesidad de comenzar tomando el grado del Arco Real, como extensión o
complemento del grado de Maestro Masón, y como puerta de entrada para
cualquiera de los otros grados yorkinos. La única excepción a esta regla es el
Grado de Marca, que ocupa una posición especial, que explicaré más adelante.
LA ESTRUCTURA GENERAL
Veamos en primer lugar la estructura general de
los grados superiores del Rito York.
Una palabra respecto al uso de la expresión
"Grados superiores". En honor a la verdad, existe una larga polémica
respecto a este tema. Según algunos pensadores masónicos, no existe ningún
grado "superior" en importancia al Sublime Grado de Maestro
Masón, considerado la cumbre y epítome de la Francmasonería. Estos autores
hacen gala de ingenio para inventar adjetivos tales como
"adicionales", "suplementarios", "laterales", o
"accesorios", para evitar referirse a ellos como "Superiores".
Personalmente, me parece una sutileza innecesaria. Los grados superiores son
superiores en el sentido de que están construidos "por encima" del
grado de Maestro Masón. Estos grados complementan, explican y expanden los
conocimientos del hermano que los recibe, y si bien no son indispensables para
ser considerado un buen Masón son sin embargo necesarios para llegar a ser un
Masón ilustrado.
El primer grado o ceremonia en este contexto, y
que sin duda reviste la mayor importancia, es el grado del Arco Real que
actualmente no se otorga dentro de la Logia, sino en un Capítulo. En algunos
países, como Escocia e Israel, este grado ocupa el tercer lugar en el Capítulo,
siendo precedido por los Grados de la Marca y de Excelente Maestro.
Este es el sistema imperante en Escocia, donde,
sin embargo, también las Logias simbólicas están autorizadas a conceder el
grado de la Marca.
En Inglaterra, en cambio, el Grado de la Marca
es totalmente independiente de la Masonería simbólica y las Logias de la Marca
están agrupadas en una Gran Logia de la Marca. El grado de Excelente Maestro
fue incorporado a los Grados Crípticos, de los que hablaré más adelante,
mientras que el Arco Real funciona dentro del marco de la Gran Logia Unida, en
Capítulos dependientes o agregadas a las Logias Simbólicas. Esta es la
situación imperante desde la unión de 1813, cuando la actual Gran Logia Unida
de Inglaterra recibió su estructura actual y para conservar la estructura
trigradal de la Francmasonería, se aceptó que el Arco Real representa un
"complemento" del grado de Maestro.
En los Estados Unidos, existen dos grados
intermedios entre el de la Marca y el Arco real; Post Master (V.M.P.) y Muy
Excelente Maestro (conocido también como el paso de los velos). El primero
sirve para instalar al hermano en forma simbólica en el trono de Salomón,
permitiéndole así tomar la presidencia de un Capitulo del Arco Real.
En Irlanda la situación es todavía distinta.
Muchos de los grados yorkinos se trabajan allí como parte de la Comendaduria de
los Templarios. Además, la leyenda fundamental en el ritual del Arco Real en
Irlanda se basa en la reconstrucción del Templo por el rey Josías, y no por
Zerubabel, como en los demás países.
MARINOS DEL ARCA REAL
Este grado aparece alrededor de 1790. Se otorga
en una Logia de Marinos del Arca Real, generalmente agregada a una Logia del
Grado de la Marca. En Inglaterra existe un Consejo del Arca Real de Grandes
Maestros.
ORDEN DE LA CRUZ ROJA DE CONSTANTINO
Esta es una orden masónica cristiana, que
comprende tres grados: Cabal/ero de la Cruz Roja de Constan tino, Caballero
del Santo Sepulcro y Caballero de San Juan Evangelista.
CABALLEROS TEMPLARIOS Y CABALLEROS DE MALTA
El nombre completo de la Orden es; Ordenes
Unidas Religiosas, Militares y Masónicas del Templo y de San Juan de Jerusalén,
Palestina, Rodas y Malta, en Inglaterra, Gales y Provincias de Ultramar. Está
organizada en grupos llamados Comendadurías y Prioratos. Es una orden exclusivamente
cristiana.
SACERDOTES CABALLEROS TEMPLARIOS DEL ARCO REAL
Esta también es una orden cristiana, que
funciona en Tabernáculos reunidos en un Gran Colegio. Otorga 32 grados, con
nombres tales como Maestro del Azul o Caballero de Salomón, Caballero de los
Tres Reyes o de la Balanza, Caballero de Eleusis y Caballero de la Cruz Ryla o
Rosae Crucis.
ORDEN REAL DE ESCOCIA
Es posiblemente la Orden masónica más antigua aparte
de la Masonería Simbólica. Es también una de las más prestigiosas por su
exclusividad. Hay pruebas documentales de la existencia de varias Logias de
esta Orden en Londres en 1741. Comprende dos grados; Heredom de Kilwinning y'
Caballero de la Rosa Cruz. Es una orden exclusivamente cristiana.
EL ARCO REAL
La primera mención escrita del Arco Real (Royal
Arch) data de 1743 y se refiere a una procesión realizada en Irían-da, donde un
arco designado como "Real" fue llevado por dos "Excelentes"
Masones. El mismo año fue publicado un libro por un Don Dassigny, contando las
malandanzas de un cierto señor que afirmaba ser Maestro del Arco Real de la ciudad
de York, y que procedió a admitir otros hermanos en su organización
masónica" hasta ser desenmascarado por otro hermano que había recibido cl
grado en Londres.
El Arco Real se extendió rápidamente por todas
las islas británicas, y era especialmente popular en las logias pertenecientes
a la segunda Gran Logia, la de los "Antiguos", fundada alrededor de
175 1, quienes aceptaban al Arco Real como un cuarto grado dentro del marco de
la Gran Logia. Eventualmente los Capítulos del Arco Real se integraron en un
Capítulo Supremo alrededor de 1771. Los "Modernos" (la primera Gran
Logia, fundada en 17 17) se resistieron a reconocer un cuarto grado, ni ningún
otro grado superior, pero lo único que lograron es que los hermanos
pertenecientes a las logias de los Modernos tomaran el Arco Real por su cuenta,
en forma más o menos subrepticia, creando luego capítulos independientes - es
decir, sin relación con la Gran Logia - y que finalmente se unieron formando
otro Capítulo Supremo, no reconocido por la Gran Logia.
Esta situación se solucionó en 1813 con la unión
de las dos Grandes Logias, cuando la nueva Gran Logia Unida de Inglaterra
adoptó en la práctica casi todas las ideas y principios de los
"Antiguos". Para no violar el precepto o landmark, que la
Francmasonería se compone de sólo tres grados, el Arco Real no fue llamado un
cuarto grado, sino que fue aceptado como "complemento" del grado de
Maestro Masón. Los dos Capítulos Supremos del Arco Real se unieron finalmente
en 1817. Los tres Grandes Principales en Inglaterra son, por tradición, los
tres Oficiales más altos de la Gran Logia Unida, manteniendo la identificación
entre ambas organizaciones.
En Inglaterra cada Capítulo está relacionado con
una Logia específica, aunque puede aceptar hermanos de otras Logias e incluso
llevar otro nombre. La condición para ser aceptado es haber sido Maestro Masón
por lo menos un mes. Para ser Principal, en un Capítulo, sin embargo, se exigía
que el candidato haya sido Venerable Maestro en una Logia, si bien este
requisito ha sido abandonado.
La situación es distinta en el resto del mundo,
donde las Grandes Logias sólo trabajan los tres grados masónicos fundamentales.
Los Capítulos del Arco real están regidos por un Capítulo Supremo en cada país,
y existe también un Gran Capítulo General de los Estados Unidos de América
(formado en 1806), que en 1954 se transformó en el Gran Capítulo Internacional.
EL GRADO DE LA MARCA
Como ya se ha mencionado, el Grado de la Marca
funciona en algunos países en forma independiente, y en otros, como Israel,
precede al Arco Real. En realidad se trata de dos grados, Masón de la Marca y
Maestro de la Marca, que se otorgan en forma consecutiva en el curso de una
misma ceremonia, al punto que los candidatos ni siquiera se dan cuenta que han
pasado dos ceremonias. La marca es un grado de raíces netamente operativas, sin
ninguna conexión con el resto de las leyendas masónicas.
En Escocia, cuando lo otorga una Logia
simbólica, trabaja en segundo grado. Es preciso observar que la Logia no puede
otorgar ningún otro grado superior, de manera que lo normal es que el hermano
que recibe el Grado de Maestro de la Marca ingresa inmediatamente a un Capítulo
del Arco Real.
RITO YORK Y RITO ESCOCÉS
No podríamos tratar de los grados superiores
yorkinos, sin mencionar la otra gran rama de la masonería filosófica y
caballeresca, el Rito Escocés. No debe sorprendernos que muchas de las
ceremonias (o "grados") existan en forma paralela en ambos sistemas.
Tal como se explicó en un comienzo, todas estas ceremonias se practicaban en
forma totalmente anárquica. En Francia fue evolucionando el sistema de grados
llamado Rito de Perfección, que alcanzó a tener 25 grados, estableciendo una
gradación y normalización de los trabajos. Posteriormente se agregaron los
grados hasta alcanzar el número de 33, creando el Rito Escocés Antiguo y
Aceptado en su forma actual (dirigido, desde 1801, por un Supremo Consejo del
Grado 33º. en cada país).
En las islas británicas la sistematización
descrita arriba no tuvo lugar, y los distintos grados continuaron su vida
independiente, uniéndose sólo en forma parcial, dentro de los marcos que ya he
citado. Sin embargo, en sus orígenes, todos o casi todos los grados o
ceremonias existían de ambos lados del canal de la Mancha. EL Arco Real mismo
fue también integrado dentro del sistema escocés como un grado intermedio, y
los grados Templarios aparecen en la escala de grados escoceses casi en la
cima. La sistematización y orden instituidos por el Rito Escocés explican su
éxito en extenderse rápidamente por todo cl mundo, mientras que el sistema
yorkino estaba hasta hace poco circunscrito a los países de habla inglesa,
especialmente aquellos que en algún tiempo habían formado parte del Imperio
Británico.
OBSERVACIONES FINALES
El mundo de la Francmasonería es mucho más
complejo y variado de lo que uno supone al entrar a él. Incluso hoy en día,
cuando ya la fiebre creativa de los siglos pasados se ha calmado y las
estructuras masónicas están solidificadas, por así decir, existe todavía un
número enorme de distintos ritos, rituales, grados y títulos masónicos, con
amplias variaciones entre un país y otro.
No he tocado siquiera el problema de la
regularidad, que divide a las Grandes Logias, Grandes Orientes y Supremos
Consejos en campos irreconciliables entre sí.
Existe un hecho de gran importancia con
referencia al Arco Real y los grados superiores yorkinos.
El Arco Real es teológicamente neutro, y está
abierto a los Masones que practican cualquier religión. Sin embargo, muchos de
los grados superiores del Rito York están reservados exclusivamente para
quienes profesan la religión cristiana y creen en la Santísima Trinidad. Esta
imposición religiosa, que viola las normas de fraternidad y universalidad
impuestas por la Gran Logia de Inglaterra desde su creación, y reiteradas por
todas las Grandes Logias regulares desde entonces, puede explicar el escaso
desarrollo de esta rama de la Masonería en la América Latina, donde el laicismo
es casi sinónimo con Masonería.
Finalmente, quisiera dejar planteado otro
problema que atañe a los Grados Superiores, y es que la proliferación de
ceremonias, títulos y grados impulsa a algunos Hermanos a convertirse en
"coleccionistas de grados". Hay hermanos que están prontos a aceptar
cuánto grado se les ofrezca, para recibir un nuevo diploma y una nueva medalla.
Después, no asisten a las ceremonias posteriores ni les interesa realmente
estudiar el simbolismo y la historia de estos grados.
Esto no le hace daño a nadie, es cierto, pero el
Masón que procede de esta manera pierde una valiosa oportunidad de incrementar
no sólo sus conocimientos de Masonería, sino su Comprensión de conceptos
filosóficos y psicológicos de la mayor importancia para su propio desarrollo y
satisfacción personales.
Cada grado que tomamos, debemos aceptarlo como
una nueva puerta abierta, una nueva invitación a estudiar, un nuevo desafío. Si
leemos el ritual en casa, no una, sino varias veces, y si luego asistimos a la
ceremonia cuando se vuelve a ejecutar, y posiblemente tomamos parte activa en
ella como uno de los Oficiales, y si memorizamos algunas líneas, todo esto nos permitirá
ahondar en la liturgia y entender mejor lo que ella nos quiere transmitir.
Todo este proceso es parte del pulimiento de la
piedra bruta, y no tiene nada que ver con los títulos ostentosos, las medallas
relumbrantes, ni los diplomas ornamentados.
La satisfacción de recibir un grado masónico será
multiplicada cien veces, cuando lleguemos a comprender qué es lo que recibimos
en realidad, y en qué forma nos toca personalmente.